24/11/09

DIGNIDAD, ANTES QUE TODO

Un hombre llega de noche a su casa, algo “entonadillo” con ganas de darle una sorpresa a su esposa.
Entra al cuarto, y con la luz apagada, se desnuda, se mete en el lecho conyugal y comienza a acariciarla. Ella, reaccionando de inmediato se subió sobre él, e hicieron el amor de forma variada e impetuosa. Terminado el acto, nuestro hombre fue al baño y al abrir la puerta, encontró a su esposa secándose con una toalla.
Sorprendido le dijo: ¿¡¿Como!?! ¿¿Tú no estabas ahora mismo en la cama??
"No", respondió la esposa. ”Me estaba bañando".
Abriendo desmesuradamente sus ojos, el hombre exclama:
”¡¡¡Entonces... !!! ¿¿Co co con quién demonios acabo de hacer el amor??"
Sale la esposa gritando como una poseída... “¡¡¡¡Mamáaa!!!! “
Llega al dormitorio y encuentra a su madre en la cama fumándose un cigarro, con cara de mujerzuela satisfecha y una sonrisa de oreja a oreja como Mobby Dick...
Sorprendida, le increpa:
“¡¡Mamá!!, ¿¿Por qué no le dijiste nada??”
Y responde la señora con aire de dignidad

“¡¡¡Tu sabes, nena que yo a ese hijoputa NO le hablo!!!"

3 comentarios:

Anónimo dijo...

hola Lucía. La picardía es inconfundible! Te felicito por la escogencia de tus chistes.
Un saludo de Berlin .Rebecca

despe dijo...

jajajajaja que suegra!

meg dijo...

Plasa, plas plas. Aplausos entre risas. ¡Vaya con la dignidad de la suegra!.